Quedó publicada en todas las plataformas digitales nuestra nueva canción “El Cancerbero”
Con con tremendos riffs y un mega solo de guitarra (con un guiño rockero al ‘Violín de Becho’) cortesías de Jaime González Presto como invitado especial, y producido con Max Capote es un tema basado en hechos reales.
Es la historia del Riki o Ricardo, más conocido como “El Rambo”, que era el sereno del galpón donde tuvimos nuestra sala de ensayo por ocho años. Era un personaje, “resultado de una vida peculiar”. En la interna de la banda nos referíamos a él como «El Cancerbero», valiente vigilante que se aseguraba de restringir el acceso al lugar.
Aquí pueden leer, completa, la historia de la canción del “Rambo Uruguayo”.
Letra completa de “El Cancerbero”
El Cancerbero
El cancerbero abrió la puerta atormentado,
El resultado de una vida peculiar.
Itinerante marino de entre tierras,
bajo, zancudo, algo rectangular.
De ojos activos, actuaba de sereno.
Guardia ameno que no sabía “guardiar”.
Los conocidos lo miraban siempre atentos,
pues no sabían qué diría al hablar.
“Yo soy el Rambo,
yo soy la Ley.
Yo soy la muerte y doy la vida en este estado.
Soy karateka y ando mucho en bicicleta,
y la gente me sonríe al pasar.”
No es que fuera el cancerbero un tipo malo,
tan solo intenso, insistente y locuaz.
Era inconsciente de las miradas severas
si repetía alguna historia singular.
Tiempo de fama, los quince reglamentarios.
Fugaz estrella que ardió hasta estrellarse.
Independiente dependiente del pendiente,
partió una noche para nunca retornar.
“Yo soy el Rambo,
yo soy la Ley.
Yo soy la muerte y doy la vida en este estado.
Soy karateka y ando mucho en bicicleta,
y la gente me sonríe al pasar.”
Era el Ricky,
era Gardel,
Larrique sabe de quién hablo en este tango,
y Cuatro Cuartos saca de su fiel galera
el homenaje a quien hoy tiene que marchar.
Entre ginebra y carbón es libre el marino tapón.
Y limpia el rodado para hacer volar, l
os flecos izar y los pelos peinar con el viento.
Tendrás al Rambo,
él es Pelé.
Le das la chance y él seco la guarda adentro.
Y a quien lo busque, no se encuentra hoy en el puerto,
una leyenda mayor que esta verdad.
Él es Ferrero,
él es Rocher.
Orden y caos en un gran cómico encuentro,
Y, a quien lo busque, no se vio nunca en el puerto
una leyenda mayor que esta verdad.
¡Él es Gardel!