La vieja escuela del rock

El día de ayer se juntaron luego de miles de años las fieras que formaron la vieja escuela del rock durante muchos años (?!). A continuación puede apreciarse la foto que lo atestigua, marcando un momento imborrable en el oído de muchos.

Luego de una linda sesión de whisky on the rocks, hablando del dominio rockontherocks.com, la banda se dedicó a entonar delicadas melodías, llevándolas más allá de su punto de quiebre.

De Izquierda a Derecha:

Pablo Ariel Díaz Rigby (la voz en traje), The Goz (el talento), Jules Molland (el carisma), Gona (el ritmo) y gab (cri cri)

May the Rock be with you all.

Narguilas en Uruguay

Bueno, bueno, bueno… Qué tenemos aquí?

Directamente de Oriente a la comodidad del hogar. Sí. Del Hogar. Su hogar. Tu hogar. Mi hogar. Acá en este lado del charco. Río de la plata. No, el otro lado!

Uruguay, decimos.

Sí. De oriente a Uruguay. Mande su email YA! 😉

Hablando en serio… ahora de una manera más o menos sencilla (gracias Internet, te AMAMOS) se pueden disfrutar las más deliciosas hojas de tabaco aromatizadas, con todo el kick que una narguila cargada con alcohol y un par de miles de años de tradición pueden darte al bajo precio del tengo-que-tener-una!!

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Además también traen el carbón y los tabacos aromatizados!

La pasta base ya fue. Pasó la crisis: Ahora es hora de Narguilas!

Antes de que pregunten… la respuesta es sí. No funciona solamente con tabaco.

Por si la redacción no es suficientemente clara Wiki nos cuenta que “En la península arábiga, en la antigua Mesopotamia (actual Iraq), durante los gobiernos del los califas, el uso del Narguile se hizo muy extensivo para el consumo de opio, resultando altamente adictivo pero extrañamente inofensivo para la salud, dado que el filtro acuoso permitía la eliminación de las toxinas.”

Pero eso hay que verlo… Es Wiki no la Enciclopedia Galáctica. No nos lo creemos así de buenas a primeras.

Quién quiere sacarse la duda?


(Cuatro Cuartos no apoya ni alienta el consumo de drogas, estupefacientes, televisión, cine, teatro, novelas, computadoras, Internet, alcohol, tabaco, opio, chocolate, café, té, mate, sexo o culquier otro estimulante -juntos, separados o en cualquier combinación u orden posible- que altere el así estipulado correcto, normal y sano funcionamiento del organismo humano de manera predecible o impredecible, aunque se reserva el derecho de no actuar de acuerdo a sus principios morales básicos en la medida que la situación y el contexto pueda llegar a ameritarlo, sin detrimento del valor conceptual teórico que su marco ético plantea hipotéticamente como conceptos de alta racionalidad y -más o menos- probada certeza a mediano y largo plazo como pautas interesantes para tomar en cuenta en aquellos casos y sujetos que pretendan maximizar la duración y calidad de su “so-called” vida)